Extracto del artículo de Julie La Barba, MD, FAAP
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Estamos rodeados de dietas especiales. Desde las dietas bajas en carbohidratos hasta las de la edad de los cavernícolas. En nuestros días tanto adultos como niños son bombardeados con mensajes sobre qué se debe comer. Una cosa es cierta: Para mantener nuestro peso bajo control, tenemos que tomar la cantidad correcta de calorías ya sea que tengas 9 o 90 años de edad.
La mayoría de nosotros nos centramos en los alimentos que comen nuestras familias mientras tratamos de mantener una dieta saludable que nos ayude a mantener el peso ideal. Poner especial atención a las bebidas es muy importante.
Las bebidas azucaradas en particular tienen un impacto en nuestra salud mucho mayor de lo que imaginamos. Además, las bebidas azucaradas son una opción que simplemente amarga nuestras expectativas.
Con las bebidas azucaradas es muy fácil que los niños se llenen de calorías “vacías”- altas en número y bajas en nutrientes. ¿Cómo sucede? El apetito interior de nuestro cuerpo controla los líquidos de forma diferente que los alimentos sólidos. Así pues, bebiendo estas calorías, los niños no necesariamente compensaran comiendo menos alimentos durante el resto del día. En pocas palabras, las bebidas hacen que sea muy fácil para los niños ingerir muchas más calorías de lo que requieren diariamente.
¿Alguna vez se han detenido a pensar en las bebidas que almacenan en su nevera o alacena? ¿Qué papel juegan en la dieta y en la salud de su familia?
Los padres tienen el poder de eliminar las bebidas azucaradas de su casa y ayudar a sus hijos a tomar menos calorías no nutritivas.
Las bebidas azucaradas no son una parte recomendada de una dieta saludable y puede conducir a la obesidad, enfermedades del corazón y diabetes.
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